Ser sobrino de Luis Valls es un privilegio y así lo relata Luis Pérez- Sala, que fue un piloto profesional de coches muy famoso en los 90 por, entre otras, ser el primer piloto español que logró llegar a la Fórmula 1. Tuvo una larga carrera en el mundo del motor pasando por todas las categorías y ganando premio tras premio. Siendo joven se quedó sin patrocinadores y tuvo que parar un año y se fue a Madrid mientras hacía “la mili” y ahí, este entonces joven barcelonés, tuvo un trato muy directo con sus tíos Luis y Javier.

De su tío Luis destaca que las ayudas que prestaba no eran necesariamente económicas, al contrario. Su colaboración más habitual era poner en contacto a personas e instituciones para que lograran acuerdos y solucionar problemas. Él mismo pensó, ingenuamente, que su tío le ayudaría patrocinando su carrera a través del banco, algo que no ocurrió, pero si le ayudó presentándole gente que, con el tiempo y su propio esfuerzo, consiguió continuar con su carrera profesional.

En su testimonio Pérez-Sala cuenta que lo que más destacaba en su tío era  “ el querer ayudar a todo el mundo, es lo que ahora llaman networking”. Su sobrino relata que en las reuniones familiares era cuando se veía la versión más desenfadada del banquero catalán. Dice el piloto que su tío fue una persona “que lo dio todo a la sociedad”, con más mérito aún por ser una persona que dirigía un banco, alejada del estereotipo que podamos tener de ese perfil de empresario. Su sobrino asegura “muchos no me creen, dicen que nos hemos creado una película” , pero dice “ yo lo he visto, yo lo he vivido, no tenía nada, lo daba todo”.

Su reivindicación sobre la generosidad de su tío la afirma con una frase lapidaria que dijo el propio Luis Valls ante su muerte “lo que tengo lo podéis tirar todo, porque lo que tengo no vale nada”.