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SU VIDA

El trato con los demás

“Era el banquero que mejor recibía, sin interrupciones ni prisas. Recuerdo un almuerzo prolongado hasta las ocho de la noche, sin encontrar el momento de levantar la mesa en su atractivo palomar del Edificio Beatriz”. No hay mejor frase para ilustrar la manera que tenía Luis Valls de relacionarse con los demás que ésta que describió el periodista Fernando González-Urbaneja1 al día siguiente de fallecer Luis Valls. Quienes vivieron y trabajaron cerca de él atestiguan que, sin duda, era así.

La buena educación

Solía decir quien lideró el Banco Popular durante casi cincuenta años que todo se basa en ser educado: “La buena educación siempre permanece; el dinero, al fin y al cabo, puede ir y venir”. En su presencia siempre te considerabas importante. Le gustaba empezar las frases diciendo “efectivamente”, para confirmar al otro que había dicho algo muy interesante.
A pesar de esta actitud obsequiosa hacia los demás, rechazaba el halago vacío o la adulación hacia él. Literalmente, no soportaba a los “pelotas”. Ángel Ron2 asegura que “marcaba las distancias con todos aquellos que se acercaban para mostrarle una admiración interesada”.

El mejor anfitrión

Además, era el maestro de la hospitalidad. Si te invitaba a comer, antes de concretar la fecha ya se había interesado en qué tipo de comida preferías o si, al revés, había algo que no te gustaba y acomodaba todo al invitado. Le gustaba “pedir por adhesión”, tipo “¿Qué te apetece tomar? Para mí, lo mismo”.

Un jefe amable

A Luis Valls le gustaba hacer equipo y que todos los trabajadores se sintieran parte fundamental de él; siempre con las mejores formas, hasta en los momentos de conflicto o tensión. Miguel Ángel Prieto, que dirigió el gabinete de Presidencia del Popular hasta los últimos años de Luis Valls, sostiene3 que “infundía respeto, que no miedo, ya que jamás levantaba la voz o se enfadaba”. Su personalidad era, pues, serena y elegante, equilibrada, tal y como afirma el sacerdote José Alcázar Godoy4, que añade: “Nunca se irrita y jamás da una mala contestación”.
Ángel Ron2 abunda en detalles sobre su carácter como jefe: “Me sorprendió que, desde el principio, me distinguiera con un trato natural, directo y muy cercano. Aquel era un líder de una personalidad muy poco clasificable”. Sobre esto, Francisco Aparicio, que trabajó mano a mano con Luis Valls durante casi treinta años, apunta:
“Siempre se interesaba por saber cómo se llamaba la gente que tenía cerca. Les llamaba para felicitarles el santo y el cumpleaños, fueran quienes fueran. En el banco le tenían devoción los conductores, los guardaespaldas, las secretarias, los camareros, los cocineros. En carretera comía con sus escoltas y tenía largas conversaciones con ellos. A Luis le importaba la gente que tenía cerca. Era difícil que una persona pasara tiempo cerca de Luis y no acabara sintiéndose su amigo.

Bibliografía

(1) Artículo-obituario titulado Fallece Luis Valls Taberner, banquero de profesión del Banco Popular escrito por Fernando González-Urbaneja (periodista y analista económico español) y publicado en ABC (26/02/2006).

(2) Prólogo del libro Historia del Banco Popular. La lucha por la independencia (Gabriel Tortella, José María Ortiz-Villajos, José Luis García Ruiz. Marcial Pons, 2011), escrito por Ángel Ron.

(3) Artículo-obituario Luis Valls Taberner {5-VI-1926 – 25-II-2006} El banquero que leía la Biblia todos los días escrito por José F. Leal y publicado en El Magazine de El Mundo (31/12/2006).

(4) Folleto Luis Valls. De la banca a Dios, escrito por el sacerdote José Alcázar Godoy.

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