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HUMANISTA

El trabajo bien hecho

La rentabilidad del banco y que los clientes estuvieran satisfechos era el binomio que obsesionaba a Luis Valls y por lo que trabajaba incansable desde que se levantaba hasta que se acostaba. Quería tener el mejor banco y lo consiguió. Ahora bien, ¿qué significaba para él tener el mejor banco?

La rentabilidad y la persona

Describe Pablo Pérez López, director científico del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, en el prólogo de la tesis doctoral que sobre Luis Valls ha elaborado Jaime Díez Yáñez, qué era para Luis Valls tener el mejor banco: “Ser mejor banco significaba, en la mente del presidente del Popular, atender mejor a los clientes y eso, pensaba, era sobre todo cuestión del trato que se les dispensaba. No era algo teórico ni cuestión de productos, sino muy concreto y personal. Quiso, por ejemplo, atender personalmente las reclamaciones de los clientes. Significaba también atender bien a sus directivos, empleados y accionistas. Eso era para él una prioridad, y un sinónimo de gobernar bien. Ese gran reto estaba en el centro de su preocupación y le mantenía activo y abierto al cambio”.

Además de poner siempre a la persona en el centro, Luis Valls perseguía por encima de todo la rentabilidad del banco, que consideraba el principal parámetro del éxito dentro de sus principios. En un artículo escrito sobre él2 se explicaba así: “Quizá la característica más acertada haya sido preferir la seguridad y la rentabilidad a la aventura y el tamaño, la calidad financiera a la cantidad. Esta modestia le ha mantenido un poco al margen de la carrera entre los grandes del sector; pero, en cambio, ha logrado ocupar el primer lugar en rentabilidad”.

El secreto de su éxito

¿Quién podría, mejor que Luis Valls, describir las razones por las que el Banco Popular era la envidia de todo el sector? Nadie, y lo demuestra esta reflexión que hizo, invitado por el director de la revista Tiempo3:

“El Banco Popular está siendo un banco de éxito y a la hora de querer explicarlo a quienes nos preguntan por sus causas, se nos ocurren cosas tan curiosas como “porque no nos creamos problemas”, “porque nos lo hemos propuesto”, “porque solo nos dedicamos a eso”, “porque sabemos rectificar a tiempo”, “por la ventaja psicológica de ser el pequeño de los grandes bancos”…”

El mejor banco del mundo

Con estas aparentemente simples frases, continuaba Luis Valls, queremos explicar lo inexplicable. Por eso, cuando Euromoney diseñó un sistema de clasificación para determinar cuáles son los mejores bancos del mundo y combinó factores cuantificables (rentabilidad, gestión, control) con otros menos tangibles (calidad del beneficio, estrategia, organización) el resultado fue sorprendente para ellos, cuando menos, a primera vista”.

Se refería a que el Banco Popular había aparecido el primero del ranking. Eso es un trabajo bien hecho.

Cabe destacar que, a principios de los noventa, al tiempo que recibía este reconocimiento de Euromoney, Gene Walden4 colocó al Popular al frente de su clasificación de los valores más atractivos del mundo. “Dentro de un mundo imperfecto -fue su conclusión-, el Banco Popular Español se ha distinguido como uno de los valores más perfectos a escala mundial. Esta entidad bancaria, cuya sede se encuentra en Madrid, ha alcanzado unas cifras auténticamente impresionantes en cada uno de los puntos clave (evolución de las cotizaciones, beneficios y dividendos, firmeza y tendencia coyuntural). Y puede decirse que incluso su ratio de cotización-beneficio (cercano a un 7,0) resulta sorprendente para una entidad en desarrollo”, declaró el experto en finanzas.

Bibliografía

(1) Tesis “Luis Valls. Banco Popular. Un repertorio”, de Jaime Díez Yáñez.

(2) El Nuevo Lunes el 18 de febrero de 1991

(3) Artículo escrito por Luis Valls con motivo del Especial Décimo Aniversario de la revista TIEMPO (24/2/92)

(4) Gene Walden es autor de, entre otras publicaciones, la famosa guía “100 Best Stocks to Own in the World”, que aparece cada año.

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