Skip to main content

FILÁNTROPO

Legado tras su muerte

“No tengo nada de valor. Se puede tirar todo”. Así de claro lo dejaba Luis Valls en una carta que dejó a Francisco Aparicio, quien fue su albacea, poco antes de morir. Nada de valor. Material, se entiende, ya que su mejor legado fue, en realidad, él mismo. Su manera de ver la vida y de actuar tan inspiradoras.

Agradecimiento generalizado

En la única esquela que se publicó en prensa, obra del entonces Vicepresidente del Banco (que no tomó en serio la petición de Luis Valls de irse en silencio), decía: “Muchos te debemos mucho, bastantes te deben todo”. Es cierto. Resulta común encontrar, entre los antiguos empleados del Banco Popular, multitud de personas que dicen vivir con la huella imborrable que dejó en ellos Luis Valls.

Su ejemplo como banquero, humanista y filántropo son una importante inspiración para las nuevas generaciones que persiguen triunfar en la vida, no solo en el terreno profesional sino, sobre todo, en el personal. ¿Qué idea impregnaba el buen hacer de Luis Valls, dentro y fuera de su despacho de presidente del Popular? Una muy sencilla y complicada a la vez: Si se puede ayudar a los demás, se ayuda. Y se hace sin que tu mano izquierda sepa lo que hace tu mano derecha, como él mismo siempre intentó en vida, replicando la enseñanza de Jesucristo recogida por San Mateo.

Uno de sus legados, pues, son esas fundaciones que él inspiró y alentó y que todavía hoy –y por muchos años- no dejan de ayudar a los más desfavorecidos, al tiempo que hacen una apuesta firme por la formación de todo aquel que quiera estudiar, tenga o no medios para hacerlo.

Las herencias de Luis Valls

Es sabido que la heredera única del testamento de Luis Valls fue la fundación Fomento de Fundaciones, que a día de hoy coordina la gestión de las tres fundaciones del ámbito del Beatriz. Ahora bien, no solo por su dinero sobreviven estas fundaciones tras la muerte de Luis Valls. Cada criterio de actuación, elección de beneficiario y puesta en marcha de programa están todavía hoy impregnados de la forma de hacer y pensar de Luis Valls y son el reflejo de aquello que le hizo verdaderamente feliz en vida.

Aunque a propósito no quiso ningún reconocimiento, agradecimiento u homenaje en vida (incluso lo dejó por escrito cuando vio cerca su final), Luis Valls deja una historia que merece ser contada y admirada. En 2026 se cumplirán cien años de su nacimiento; no puede haber momento más adecuado para este homenaje. Hoy su legado está más vivo que nunca y es importante darlo a conocer ya que todos estamos de acuerdo en que es misión de todos hacer una sociedad mejor.