TESTIMONIOS
Alberto Muñíz Sánchez, 'Tío Alberto'
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“Luis Valls en la CEMU se encontraba como en su casa”
“Los niños necesitan cariño para crecer”, así empieza su relato Alberto Muñiz Sánchez, más conocido como tío Alberto desde que fundó la CiudadEscuela Muchachos (CEMU).
Esta “ciudad” es un recinto escolar y de alojamiento situado en Leganés, al sur de Madrid, que el tío Alberto fundó en 1970. Un lugar en el que se da cobijo a más de 400 menores en situación de vulnerabilidad para que tengan la oportunidad de salir adelante en un entorno de respeto, libertad y amor. Unos son residentes, los menos, y el resto acuden a formarse y a divertirse. Un centro escolar y formativo ejemplo de integración social con una metodología propia.
Un complejo con aulas, iglesia, una radio, un ayuntamiento y habitaciones para los internos. Además, cuenta con una huerta, animales y otros elementos que te hacen sentir en libertad para crecer en un ambiente de alegría, amor y paz.
El tío Alberto conoció a Luis Valls en los años 70 y conectaron desde el principio. Ambos eran unos enamorados de ayudar a los demás y pronto remaron juntos para dar una vida mejor a los niños, algo que le valió el apodo “un banquero con sandalias”.
Según recuerda el tío Alberto, no solo le ayudó a él en su proyecto, sino, recuerda, también a otros como a Enrique Castro, conocido como “el cura rojo” a quien Valls también ayudó. A pesar de que Castro había criticado públicamente al Opus Dei, al verse por primera vez le preguntó sorprendido, ¿cómo vienes a verme? y Valls respondió con una frase muy de su estilo, “con mucho cariño”.
Valls era un habitual de la CEMU, incluso muchos niños le llamaban “tío Luis”. Se presentaba sin avisar y compartía tiempo y sueños con alumnos y personal del complejo. Rememora el tío Alberto que era un hombre sabio y culto “a mi me sorprendía su humildad y su silencio, que casi siempre escuchaba y se reía mucho con lo que decían los críos. Él se encontraba como en su casa”.
Las ayudas dadas por Luis Valls a través de sus fundaciones eran préstamos, no a fondo perdido, pero si con flexibilidad en los plazos.
Es un faro, asegura Alberto Muñiz, “porque era un ejemplo en ser y obrar, no como otros que dicen, pero no hacen”.
El tío Alberto no deja de repetir una y otra vez, gracias, gracias y gracias, concluyendo que “está presente, Luis sigue en la CEMU”.