HUMANISTA
Escritor de nivel
Resulta curioso que quien estuvo durante más de cinco décadas al frente de una entidad financiera, firmara sus artículos de prensa como “Luis Valls, escritor, banquero y doctor en derecho”. Escritor, lo primero. En ese cambiar el orden de sus atribuciones parecía residir una vocación frustrada. Y es que, de no haber perseguido su pasión por la economía financiera, Luis Valls hubiera sido feliz como periodista.
Al menos así lo recoge el libro más completo que se ha escrito sobre el Banco Popular1: Luis Valls fue banquero por convicción y, por ello, abandonó una carrera académica en la que se le auguraba un gran futuro, pero tenía otra vocación profesional, la de intelectual. Sus antecedentes familiares le dejaron en herencia una absoluta predilección por la lectura (era un gran lector) y por la conversación culta. El periodismo reunía ambas.
Estar en el cuarto poder
A través de esta actividad periodística extra oficial -que llevaría a cabo hasta sus últimos días-, publicó múltiples colaboraciones en prensa, incluso vivió su aventura periodística (con desengaño personal incluido) en la puesta en marcha del Diario Madrid en 1962.
“Su afición al periodismo”, cuenta quien fue el director de la Oficina de Presidencia del Banco Popular junto a Luis Valls durante casi once años, Miguel Ángel Prieto (actualmente director general del Banco de Depósitos, que estuvo en el Edificio Beatriz, “iba unida a un gran aprecio por la profesión y los profesionales de la prensa”. De hecho, en más de una ocasión manifestó sentirse muy bien tratado por los periodistas, “especialmente con sus silencios, que agradezco mucho”, decía. Además de sintonía con la prensa, sentía una suerte de admiración por la responsabilidad que conlleva ostentar el cuarto poder.
En la piel del plumilla
“Creo entender muy bien el trabajo del escritor y, en particular, el que realiza el periodista. Su labor supone el mayor freno que existe al abuso de poder político o económico”, declaró al periodista Fernando González Urbaneja2, quien acuñó para siempre el sobrenombre de “banquero florentino”, refiriéndose a Luis Valls.
Al final de esta misma entrevista, dejaría clara su pasión: “De siempre me ha merecido un gran respeto el que escribe. Quizá por ser hijo de escritor, he cuidado desde que estoy en el banco toda carta, informe o nota que ha tenido que pasar por mis manos”. En sus textos se percibe un gusto por elegir la palabra precisa, la frase justa, la idea siempre bien plasmada y con cuantas explicaciones sean necesarias para no dar pie a ningún malentendido. Con un estilo no demasiado minimalista y recurrente en el sarcasmo, en su momento resultaba culto, cuidado, certero y absolutamente apasionado.
Respondía con gusto a los directores de medios cuando le requerían en aniversarios u obituarios pero, sobre todo, disfrutaba de escribir sobre economía y política. Tan bien se le daba que, siendo economista financiero, llegó a finalista del premio Aznar de Periodismo a finales de los años setenta.
Bibliografía
(1) Historia del Banco Popular. La lucha por la independencia (Gabriel Tortella, José María Ortiz-Villajos y José Luis García Ruiz. Marcial Pons, 2011).
(2) Entrevista publicada en El País el 5 de diciembre de 1976.