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Un banquero humanista

con estilo propio

Luis Valls Taberner fue mucho más que un hombre de banca;
fue un defensor incansable de la igualdad, la libertad y la justicia social.

La historia de Luis Valls Taberner es una historia de altruismo, empatía y dedicación.

Generoso, comunicativo, humilde, discreto y austero. Amable, pero firme. Exigente pero con sentido del humor. Su memoria merece ser honrada de la misma forma que él siempre actuó, con transparencia y humildad, destacando su gran contribución al bienestar de la sociedad y su compromiso con la excelencia profesional. Experimentador prudente, quiso marcar su propio camino y terminó siendo el presidente más duradero de la banca española, además de una figura clave de la historia reciente.

Posición oficial fundaciones Luis Valls

Ante el calumnioso libro 'Opus' publicado por un periodista británico en el que se ofende gravemente a la figura de Luis Valls y sus fundaciones, nos vemos obligados a emitir una posición oficial que ampliamos a continuación:

BANQUERO

Un banquero atípico

Desarrolló sus ideas liberales en un estilo de banca tradicional, independiente y de bajo riesgo. Defendía la horizontalidad de la organización, la rentabilidad y la transparencia, por encima de todo. Su austeridad, generosidad y discreción llamaban la atención entre algunas conductas públicas del sector financiero de su época. Aun siendo uno de los siete banqueros más importantes del país, huía del protagonismo y prefería influir más que mandar.

HUMANISTA

La importancia de formarse

A pesar de ser banquero, los números no eran la única ocupación de Luis Valls Taberner. Lector incansable, animaba siempre a descubrir libros, le apasionaba escribir y se percibía una vocación de docencia en todos sus escritos. Culto y cortés, trabajaba y animaba a trabajar con ilusión y perfeccionismo, siempre priorizando la ética personal. Muy comprometido con las personas y su futuro, fomentaba la formación y la oportunidad de estudiar.

FILÁNTROPO

Ayudar sin regalar

Para Luis Valls Taberner, la persona estaba en el centro de todo. Tolerante y amante de la libertad, de profunda fe cristiana, vivía pendiente de las necesidades de su entorno y su lema era: ayudar sin regalar. Impulsó varias fundaciones, alguna de las cuales siguen en pie en la actualidad y representan lo mejor de su legado y su esencia. Son miles los beneficiarios que afirman que hoy su vida es mejor gracias a este impulso altruista.