HUMANISTA
Un gran lector
Para un lector voraz como Luis Valls, para más inri catalán, resulta un guiño del destino que 1926, su año de nacimiento, fuera también el elegido por el rey Alfonso XII para poner en marcha en España la primera edición del Día del Libro, génesis de la actual fiesta de San Jordi. Anécdotas históricas aparte, Valls fue conocido por ser un banquero de éxito pero no todos saben que tenía una vocación oculta, la de periodista (era un escritor de nivel) y que vivía y trabajaba entre libros. Tenía, literalmente, miles de libros en varias bibliotecas.
Vivir entre bibliotecas
Compraba libros, regalaba libros, prestaba libros y, por supuesto, leía libros. Los consultaba a todas horas, en todos los ratos libres que tenía, como hacía Napoleón Bonaparte, que llegó a viajar con una biblioteca portátil de mil volúmenes. Esto le hacía feliz y le servía para mejorar en su profesión: “Por afición y, quizá, por haberlo heredado de mi padre, me encuentro entre los que creen que leer es una noble aventura (…) Si conversar es un placer de dioses -como diría Platón-, leer equivale a conversar, a hablar con el autor o la autora de lo escrito”, expresó en una ocasión, dando a entender que también la lectura era pieza fundamental de su savoir faire al frente del banco más rentable del mundo: “Para nosotros, hombres de acción, la aventura de leer se convierte en algo fundamental, ya que no es un pasatiempo, sino el alimento y el estímulo para nuestra propia actuación”.
Pasión por el devenir de los imperios
Luis Valls demostró gran afición por los libros de historia, concretamente los que narran el devenir de grandes imperios, donde hallaba claves de lo que hay que hacer y, sobre todo, lo que no hay que hacer cuando se alcanza el éxito. Leer lo que Rostovtzeff reflexionó sobre el Imperio Romano o cómo Kennedy analizó las grandes potencias o Madariaga el imperio español, le estimulaba2: “Desde pequeño me ha interesado el fenómeno del alza y baja de personas, sociedades y países. Esto hace que dé gran importancia a los libros sobre auges y caídas (…) Pienso que la permanente preocupación por las épocas de crisis ayuda a evitar las caídas”.
Sus libros de cabecera
En esta misma línea, era notoria3 la pasión de Luis Valls por Maquiavelo (“sobre todo, de Maquiavelo acotado por Napoleón”, especificaba él). Uno de sus libros de cabecera era Maquiavelo: Lecciones para directivos, del autor inglés Anthony Jay, que aplicó las teorías del filósofo florentino a la dirección de empresas.
Otras de sus obras favoritas4 eran Oráculo manual y arte de la prudencia de Baltasar Gracián, Desde el jardín de Jerzy Kosinski, Fouché: Retrato de un hombre político de Stefan Zweig, el Antiguo Testamento y, por supuesto, todo lo escrito por Peter Drucker, considerado el padre de la corporación moderna y, para él, una suerte de gurú.
Bibliografía
(1) Del discurso de bienvenida a invitados y prensa durante la inauguración del Edificio Beatriz el 11 de diciembre de 1975.
(2) En un artículo escrito por él mismo, titulado Auge y caída de la banca (publicado por El País el 9 de octubre de 1990).
(3) Extracto del capítulo “El renacer del gatopardo” del libro Retratos de interior. El lado humano de veinte hombres poderosos (Temas de Hoy, 1994) de las periodistas Pilar Ferrer y Luisa Palma.
(4) Según recogió Luis Pérez-Sala en su recopilación Documentos >2 de Luis Valls Taberner (Fundación para Atenciones Sociales, 2007).