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EN PROFUNDIDAD

Eric Gancedo

exconsejero de Banco Popular

Por Íñigo de Barrón Arniches, periodista que ha trabajado en medios como El País, donde fue Corresponsal Financiero entre el 2000 y 2022, Europa Press o Expansión. También ha colaborado en algunos canales de televisión y radio, como RTVE, La Sexta, Cuatro, COPE, Cadena SER y Onda Madrid. Autor del libro “El hundimiento de la banca”, entre otros, ha recibido a lo largo de su carrera diferentes premios como el Schroders al mejor artículo del año y el ING de Periodismo.

“Valls llegó a una pequeña entidad en 1957 y convirtió al Popular en una referencia internacional”

La familia Gancedo ha estado vinculada al banco desde hace cuatro generaciones. Eric Gancedo entró en el consejo de administración del Banco Popular en junio de 1998 y compartió mesa durante algunos años con su padre, Gabriel. Antes, en el órgano de decisión estuvo su abuelo Manuel, que ocupaba un puesto cuando llegó Luis Valls a la entidad, en 1957. El Banco Popular, que inicialmente se denominó Banco Popular de los Previsores del Porvenir -fundado en 1926-, estaba estrechamente asociado a una compañía de seguros llamada Los Previsores del Porvenir. Pero lo más llamativo es que, en 1926, entre los fundadores de la entidad matriz ya estuvo el bisabuelo de Eric Gancedo, también llamado Gabriel.

Pregunta. ¿Qué recuerdos tiene de su relación con Luis Valls mientras fue consejero del Banco Popular?
Respuesta. Yo había oído hablar de Luis Valls toda la vida en mi casa porque le trató mi abuelo, mi padre y luego yo. Fue una persona maravillosa conmigo; atento y encantador.

P. ¿Cuál es la historia de tu familia con el Popular exactamente?
R. Los Gancedo estamos en el Popular desde que se fundó, en 1926, porque mi bisabuelo Gabriel fue fundador de la entidad con otros socios. Se llamaba Banco Popular de los Previsores del Porvenir, luego se cambió de nombre a Banco Popular Español, aunque se conocía como Banco Popular. Al fallecer mi bisabuelo, mi abuelo, que era el mayor de los hermanos, entró en el consejo. Estando él, llegó Luis Valls a la presidencia, en 1957. Siempre oí que apoyaron su nombramiento porque entendían que a la entidad le venía bien una reorganización; en aquel consejo había muchos intereses cruzados y pensaron que alguien de fuera lo podía enderezar, como así fue. En 1971 falleció mi abuelo Manuel y entra en el consejo mi padre Gabriel.

P. ¿Y cómo entró usted en el banco?
R. De una manera curiosa. A Luis Valls se le ocurrió incorporar a las segundas generaciones de los consejeros colocándonos en los consejos de administración de las filiales del Popular para que empezáramos a conocer el negocio bancario. No nos colocaron a todos en el mismo banco; yo entré en el Consejo del Banco de Castilla. Más adelante, en 1998, en el Popular había una vacante como representante físico de la Sindicatura de Accionistas y me eligieron a mí. Unos meses después, empecé formar parte de la Comisión Ejecutiva. Hasta 2003 estuvimos mi padre y yo en el consejo, pero ese año lo dejó. Fuimos el único caso de padre e hijo en aquella mesa.

P. ¿Cómo fue el estilo de gestión de Valls?
R. No sé lo que hacía en su despacho, pero las reuniones las gestionaba con su presencia y casi diría que con la mirada. La verdad es que era curioso. Creo que en líneas generales trazó un buen rumbo para el banco. En aquella época mantuvimos diferenes comidas juntos, a las que a veces acudía su hermano Javier, y se comentaban los temas del banco. Creo que era un estilo muy personalista en la forma de dirigir a los gestores y estaba muy encima, no se le escapaban los detalles. Era una persona muy bien informada y le dedicaba muchas horas a su labor. También estaba volcado con las fundaciones que mantenían una labor social, aunque lo gestionaba todo como un ente completo, tenía el banco en la cabeza.

P. ¿Cree que la gestión de Luis Valls fue transformadora?
R. Valls llegó a una pequeña entidad en 1957 y en los 47 años que estuvo al frente lo convirtió en una referencia internacional, llevó su nombre por las principales plazas del mundo, alcanzando un récord en rentabilidad, con un negocio único en las pymes, y estableció un estilo propio en la formación de los directivos que ha creado escuela; pienso que se les ha reconocido como unos empleados de una banca diferente, con una manera de estar volcados de verdad en el cliente y una fidelidad extraordinaria con el banco. Este conjunto de circunstancias, que sin duda marcó una tendencia en la banca, siguen vivas pese a que han pasado muchos años.

P. Las fundaciones se financiaban con la remuneración de los consejeros, que debían cederlas. ¿No se cuestionó esta circunstancia tan peculiar?
R. Desde siempre se sabía que en el Popular se destinaba ese dinero a las fundaciones. Se facilitaba información sobre ellas, pero sobre todo es en la etapa posterior a Valls cuando se convirtieron en las fundaciones del Banco Popular.

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