Luis Valls fue conocido por su labor como banquero y filántropo, entre otras. Los estudiantes fueron también un público al que atendió y ayudó especialmente, pero más allá de la Ciudad Muchachos tan conocida hay otras historias en las que Valls se implicó y que sorprenden por la lejanía que tenían de su entorno. Es el caso de Jana Producciones, una escuela de teatro madrileña con presencia internacional y galardonada en más de 40 ocasiones con más de 3.000 alumnos por todo el mundo. Andrés de Santiago, su consejero delegado, relata cómo fue esa relación de Valls con el teatro.

De Santiago subraya su personalidad y un afán incansable de ayudar a los demás. Así como en muchos casos Valls ayudó con créditos o ayudas directas, con Jana no fue así. No puso dinero en el capital pero con “gestos muy significativos fue un apoyo incondicional”.

Relata alguno de ellos, empezando por recibir una invitación para ir a comer al banco para contarles el proyecto. En esa época, unos jóvenes sin experiencia y con muchos sueños, ser recibidos por el presidente de uno de los bancos más relevantes de España fue un espaldarazo que Andrés recuerda con mucho cariño porque, asegura, “ era una forma de decirnos, creo en vuestro proyecto”. Ese interés no se limitó a una comida sino a varias a las que siguieron llamadas telefónicas interesándose por la marcha de este sueño teatral. El CEO relata también otro detalle que explicita cómo era Luis Valls. Un día me llama la taquillera y me dice “Andrés, ha venido un señor y ha comprado 400 entradas de una función”. Supe que quien estaba detrás de ese gesto era Luis Valls.

Nos escuchaba, nos apoyó y eso tiene un valor tremendo para nosotros, destaca al tiempo que valora que Valls ayudó también a escritores, músicos y otros profesionales alejados de su círculo más próximo.

El testimonio de Andrés de Santiago termina con una frase que trata de resumir su visión de quién fue Luis Valls “fue un grande, muy grande que hizo más grandes a los que le estuvimos junto a él en el camino de la vida”