La historia de Alejandro Rojas Marcos con Luis Valls es, cuando menos, singular. Comenzó siendo él un recién licenciado en Madrid, cuando recibió una oferta para trabajar en el entorno del banco Popular. La rechazó pero Valls insistió y le propuso establecer una relación profesional puntual encargándole realizar algunos estudios que, según Rojas Marcos “ eran super interesantes”. No se pudo negar.

Destaca tres proyectos en los que se implicó. El primero de ellos fue que realizara un estudio de la cooperativa Mondragón, un fenómeno incipiente y novedoso en nuestro país. El segundo fue ir, también con su padrino Aristóbulo de Juan, a Francia a conocer nuevos movimientos políticos que se articularon en los clubs políticos allá a finales de los sesenta. Su último encargo fue ir a ver al entonces Conde de Barcelona para pulsar y saber su opinión de la situación política y del futuro de España.

Su relación no terminó aquí, porque el político andaluz, que más tarde fundaría el Partido Andalucista, fue diputado en las cortes generales, en las andaluzas y alcalde de Sevilla, entre otras, relata la anécdota de cómo Valls le llamó para saber si le parecía oportuno, en los setenta, crear una oficina de banco especializada en partidos políticos. Alejandro, con una amplia sonrisa relata “cuando yo le conté a Santiago Carrillo que Luis Valls estaba dispuesto a darle crédito al Partido Comunista, no se lo creía”.

Coherencia es la virtud que más destaca el político andaluz. Según relata era una persona con principios, con valores. Rojas Marcos se sincera en su testimonio agradeciendo su trato con él “Luis, no te puedes imaginar esa actitud tuya y esa manera de ser, lo que me enseñó, y que la acción debe proyectarse en los otros, en los demás”.

Termina su relato sentenciando “ Luis Valls era una persona absolutamente excepcional”.