Ser sobrina de Luis Valls te impide tener objetividad en el juicio, pero Rosa Valls Taberner ha hecho un esfuerzo por relatar con cierta distancia, y tratando de que las emociones no le nublen el juicio, quién fue su tío y su misión en la vida.

Para Rosa su “tío Luis” siempre tuvo claras sus prioridades vitales, “Dios, el trabajo y su familia y amigos”. Para su sobrina, su tío era el más completo de la familia, a pesar de ser consciente de que el nivel general era muy considerable. Según Rosa, “mi tío Luis todo lo hacía bien; jugaba bien a tenis, unas notas fantásticas, incluso, bailaba bien”.

De su tío destaca cómo trataba con la misma atención a todo el mundo. Daba igual la posición que cada uno tuviera, para su tío, relata la sobrina” no tenía prisa con nadie”, es más, asegura, “cuando ibas a comer con él, te dedicaba una tarde entera porque a cada uno había que darle su importancia, no había que tener prisa”.

Relata cómo los papeles en el banco entre los hermanos estaban bien repartidos, asegura “hacían un buen tándem”. Luis trabaja más hacia adentro y Javier más hacia afuera. Sin entrar en rivalidades, y subrayando la valía de Javier, “el cerebro de cómo hacer banca la tenía Luis”.

Su perfil social era algo que, incluso para su propia familia, fue algo desconocido ya que él así lo dispuso. Siempre supieron que era una persona muy generosa, pero, afirma, “hasta que no escuchamos todo dijeron de él en el funeral, ayudando a tanta gente a través de las fundaciones, no lo supimos con certeza”.

Rosa se muestra muy orgullosa de haber podido tener la suerte de tratarle en tantas ocasiones gracias a que su vida estuvo entre Barcelona y Madrid. Recuerda cada momento vivido con él como un regalo afirmando “gracias por cómo me has completado la vida, de todo lo que me has enseñado, y ojalá hubieras vivido más para estar más contigo”.